Foto: 20minutos.es
David Palacios / Sevilla
José Mourinho volvió a Stamford Bridge, volvió al Chelsea. La llegada del portugués era un deseo expreso de toda la afición blue y del propio entrenador, que en sobradas ocasiones manifestó durante sus tres campañas en el Real Madrid su intención de volver al club londinense. Román Abramóvich le ha dado la oportunidad a The Special One de manejar totalmente la parcela deportiva para que trabaje de manera libre y pueda llevar de nuevo al Chelsea a lo más alto de la Premier y de Europa.
El técnico luso ha perfeccionado un equipo hecho a su medida, gastando un total de 69.5 millones de €, destacando la llegada de jugadores como Schwarzer, Van Ginkel, Schürrle, Eto'o, William Borges y el regreso de Essien y De Bruyne entre otros, lo que no le ha permitido ganar la Supercopa de Europa, ya que el conjunto de las islas británicas perdió por segunda vez consecutiva este título, esta vez ante el Bayern Munich de Pep Guardiola, donde los bábaros vencieron en la tanda de penaltis tras el empate a dos durante los 120 minutos del partido. Aún así, el Chelsea ha comenzado a ofrecer un fútbol sólido y eficiente.
David Palacios / Sevilla
José Mourinho volvió a Stamford Bridge, volvió al Chelsea. La llegada del portugués era un deseo expreso de toda la afición blue y del propio entrenador, que en sobradas ocasiones manifestó durante sus tres campañas en el Real Madrid su intención de volver al club londinense. Román Abramóvich le ha dado la oportunidad a The Special One de manejar totalmente la parcela deportiva para que trabaje de manera libre y pueda llevar de nuevo al Chelsea a lo más alto de la Premier y de Europa.
El técnico luso ha perfeccionado un equipo hecho a su medida, gastando un total de 69.5 millones de €, destacando la llegada de jugadores como Schwarzer, Van Ginkel, Schürrle, Eto'o, William Borges y el regreso de Essien y De Bruyne entre otros, lo que no le ha permitido ganar la Supercopa de Europa, ya que el conjunto de las islas británicas perdió por segunda vez consecutiva este título, esta vez ante el Bayern Munich de Pep Guardiola, donde los bábaros vencieron en la tanda de penaltis tras el empate a dos durante los 120 minutos del partido. Aún así, el Chelsea ha comenzado a ofrecer un fútbol sólido y eficiente.
La
idea táctica y técnica ofrecida por el conjunto blue en estos primeros
meses de competición no ha variado demasiado con la idea que utilizó
la pasada campaña Rafa Benítez, ya que mantiene el 4-2-3-1 con el
que se consiguió la Europa League hace tan solos unos meses. Mou no
varía la defensa, que prácticamente es la misma que lograra la
Champions League en 2012 y sigue dando muy buenos resultados: Petr
Čech continúa siendo un portero de sobradas garantías y semana tras semana lo
viene demostrando con grandes actuaciones; Ashley Cole en el lateral
izquierdo; en el centro de la defensa John Terry, Gary Cahill y David
Luiz rotan continuamente y Branislav Ivanović y César Azpilicueta
lo hacen en el lateral derecho, aunque el serbio está contando con más
oportunidades que el joven carrilero español.
En el
centro del campo es donde la plantilla se encuentra con un problema
que viene de años atrás, ya que sus jugadores no ofrecen el
rendimiento necesario para la posición pura de medio-centro. Lampard
reconvirtió hace años su posición de media-punta, donde desplegó
su mejor fútbol, lo que provoca que no tenga esa regularidad
necesaria en todos los partidos para comenzar el juego del equipo
inglés. Asimismo, su aportación goleadora se ha estancado, hace muy
poco superó la barrera de los 200 goles con la elástica blue
y esta campaña ha logrado tan solo dos tantos. Además, Ramires,
Essien y Mikel desempeñan una función más importante en el aspecto físico y defensivo. El
brasileño aporta más llegada pero no llega a ser lo que
necesita Mourinho en la zona de creación. A esto hay que sumarle la
lesión del joven y prometedor holandés Van Ginkel, que a finales de septiembre sufrió una
rotura del ligamento cruzado anterior, lo que le descarta totalmente
para el resto de temporada.
Por
otro lado, la inmensa calidad de los hombres de ataque del Chelsea es
la que marca la diferencia. Como ya hiciera en el Madrid, el técnico
portugués establece una línea muy ofensiva de tres donde el belga
Eden Hazard en la izquierda a pierna cambiada, Mata en el medio y el
brasileño Oscar en la parte derecha crean un fútbol de fantasía
que ha comenzado a brillar en este pasado mes de octubre. Pese a la
suplencia de Juan Mata en alguno de los partidos por bajo
rendimiento, el 10 ha
vuelto a la titularidad donde de nuevo está brillando con un toque
finísimo, aunque el que se ha enfundado la batuta de líder es
Oscar, que en estos primeras jornadas está manteniendo un gran
nivel. Si a esto le sumas la llegada de Willian y de Schürrle el
resultado es una mezcla de gran fútbol con cualidades muy distintas.
Sin embargo esto no está pasando cada partido. Como ya viéramos en
el primer encuentro de Champions League, donde el Chelsea perdió en
casa frente al Basilea y en las primeras jornadas en la derrota
contra el Everton, cuando estos jugadores no tienen su día es
difícil que el equipo carbure, debido a que en ocasiones son Mata y
Oscar los que tienen que bajar al centro del campo y organizar el
equipo, de ahí nace esa necesidad de encontrar un medio-centro que
sea el que haga fluir el juego del conjunto londinense. Cambiando de
tema, el preparador portugués ha dejado de contar con Kevin de Bruyne, al que reprochó su “bajo rendimiento”, lo que ha
propiciado que abandone las convocatorias e incluso ha llegado a
entrenar con el equipo filial. Algo parecido sucedió con Mata,
aunque el jugador español respondió en el campo y Mou tuvo que
devolverle encantado la titularidad.
En la
delantera es donde el luso parece que tenga las cosas más claras.
Hasta última hora Lukaku parecía que se iba a quedar en Stamford
Brigde, pero tras la llegada del camerunés Samuel Eto'o, que todavía
no está a un buen nivel, su salida hacia el Everton fue inminente.
Durante todo el verano se especuló con la salida de Demba Ba,
atacante senegalés que llegó el pasado mercado invernal procedente
del Newcastle y que consiguió seis goles en 22 partidos, y la de
Fernando Torres. El delantero madrileño, criticado por la prensa
inglesa y por la mayoría de la española por su bajo rendimiento
durante los últimos años, se ha ganado con goles y trabajo la
titularidad en el once inicial. El Niño ha
conseguido hasta la fecha cinco goles, no es una cifra espectacular
pero lo que realmente está destacando es su gran trabajo ofensivo y su entrega.
Torres vuelve a tener la aceleración y velocidad que todo el mundo
creía perdida y está deslumbrando a propios y extraños. La afición
del conjunto inglés le vuelve a cantar el Fernando Torres
Chelsea's number nine. “Estamos
viendo al mejor Fernando”, admitió Mourinho hace un par de
jornadas tras su gran actuación frente al Manchester City, que con la
propuesta táctica que está llevando a cabo puede beneficiar mucho
al delantero español si sigue con esta forma física.
Foto: diariocritico.com
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Actualmente,
el Chelsea se encuentra segundo en la Prermier League a cinco puntos
de Arsenal y si gana en casa al Schalke 04 esta semana, habrá
solventado el fiasco que supuso perder en la primera jornada, por lo
que el equipo parece haber arreglado lo que estropeó en mes de
septiembre. Para el mercado invernal suenan jugadores como Kedhira y
Xabi Alonso. El donostiarra encajaría perfectamente en esa enorme
necesidad de un jugador creativo en el centro del campo. Lo que se está viendo de forma clara
es que la plantilla poco a poco va a más, la pasada semana eliminó
de forma clara al Arsenal de la Copa de la Liga y sus aspiraciones en
el campeonato doméstico están intactas, lo que convierte al conjunto
blue en un candidato a
todo.
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