Rejuvencer un clásico



El nuevo proyecto de Rudi García en la Roma no ha podido comenzar de mejor manera. Ocho victorias en ocho encuentros. 21 goles a favor y solo uno en contra. El partido de ayer contra un Napoli que también llegaba en un gran momento de forma es solo una demostración más del nivel de confianza que existe en el equipo. Unas cifras increíbles que, obviamente, no han sido casualidad. La Roma busca, tras años de ostracismo, un ascenso hasta lo más alto del Calcio italiano, pero esta vez para mantenerse.

Para ello, Rudi García ha diseñado un sistema de juego muy equilibrado, basado en un 4-3-3, pero cuyo diseño es negociable, pues las variantes a lo largo del encuentro son muchas, algo que confunde constantemente al rival, lo que permite a esta nueva Roma controlar los partidos tanto con balón como sin él. En el mismo partido podemos ver a Gervinho de delantero centro o de interior ayudando en tareas defensivas.

Obviamente, este esquema no sería posible sin una plantilla polivalente como pocas, y gracias a un entrenador que sabe comunicar perfectamente a sus jugadores el rol que desea de ellos en el momento oportuno. Así, futbolistas como Florenzi, Gervinho o Pjanic varían su actitud en función del encuentro.

En la portería, Morgan de Sanctis se está afianzando como un guardameta fiable. Tras dos campañas a un buen nivel en el Napoli, el veterano meta de Guardiagrele parece olvidar su inadaptación al Sevilla. Muy seguro por alto y con actuaciones determinantes.

La zaga, como hemos comentado en el dibujo, es cosa de cuatro. Dos centrales que hasta el momento han ofrecido totales garantías. El marroquí Benatia y el brasileño Castán se están mostrando como dos defensores de lo más fiable en este comienzo de la Serie A. Dominan el área y no ceden espacios a la contra. Además, sobre todo por parte del brasileño, son una buena opción para una higiénica salida de balón.

Los laterales son también un aspecto fundamental y parte del equilibrio que quiere Garcia. Si Balzaretti en la izquierda muestra un auténtico despliegue físico y continuas subidas, en la derecha Torosidis aguanta la posición para las ayudas a los centrales. Ayer contra el Napoli jugaron Maicon en la derecha -que ya regresó de su lesión- y Dodò en el carril zurdo. El ex de City e Inter se mostró sobrio en defensa y preciso en la salida de balón. El joven zurdo fue más incisivo en ataque, pero cometió algún error que pudo costar caro al conjunto romano.

En la salida de balón es clave Daniele de Rossi. Siempre en una posición fija, por delante de los dos centrales, incluso casi como el tercero de ellos. A menudo baja a recibir para ayudarles en la tarea de sacar la pelota. De Rossi no realiza largos movimientos, pero sí da lecciones de ubicación noche tras noche. Apenas sobre pasa el centro del campo, pero siempre es la salida que tiene el equipo para controlar el tempo del partido.

En otro plano está Strootman. El holandés ha llegado con el depósito lleno, y como buen diesel, abandona más la posición para sumarse al ataque. Parte desde la posición de interior izquierdo, más adelantado que De Rossi, pero varios metros por detrás que el interior diestro, Pjanic. El ex del PSV, que ya sonó para el proyecto de David Moyes en Manchester, posee unas condiciones físicas notables, y realiza el despliegue que ya no puede hacer De Rossi. Ocupa con inteligencia los tres sectores del centro del campo, (borde área propia, círculo central y borde del área contraria) y es siempre el pase atrás cuando las ideas no florecen en el último tercio de campo.

En el otro interior se ubica el bosnio Pjanic. Dotado de una técnica en control y pase mayor que la de Strootman, Garcia lo ubica más cerca de los tres de arriba, para enlazar la medular con el ataque gracias a su buen último pase y golpeo de balón. Su presencia en los partidos no destaca por una regularidad máxima, pero es un jugador que puede dar el pase o el gol necesario para desequilibrar en momentos importantes.


Y por último, los tres de arriba. Gervinho, desde la izquierda, es la movilidad y el desborde. A veces hiperactivo e impreciso, el costamarfileño ofrece movimientos que Totti no realiza. Tanto hacia dentro como en caídas a banda. Su despliegue, junto al de Florenzi desde el lado derecho, sirven para liberar el talento de Francesco, dejarle huecos para que pueda seguir demostrando su magia. Il capitano no es permanente durante los 90 minutos, a sus 36 años ha de dosificarse, y por eso es quien menos sacrificio defensivo realiza. Pero todo espacio que le quede es ocasión de gol para la Roma. También destacar los intercambios de posición entre Gervinho y Florenzi, que siempre ofrecen alternativas. Todo depende del encuentro. En la banda donde más peligro crea el contrario, allí es donde va Florenzi, menos explosivo en ataque, pero que tapa mejor las salidas del lateral.

La Roma ha decidido crecer, quiere el título, Totti hasta puede jugar en Brasil 2014. No lo va a tener fácil, Juventus y Napoli son duros rivales. Pero tras el 0-3 endosado a un Inter que se antojaba cuanto menos difícil de vencer, y el 2-0 de ayer sin dar opción a los de Rafa Benítez, da para pensar que Rudi Garcia, como ya hizo en Lille, puede decantar el título del lado romano.

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